7 de enero de 2013

Teorías del "plan maestro"

A mí estas teorías del plan maestro me escaman. No suelen funcionar como un reloj suizo y tienen demasiados elementos opuestos: facciones enfrentadas como la competencia entre entidades bancarias, empresas de un mismo sector o intereses geopolíticos opuestos. China experimenta ahora mismo la madre de las burbujas inmobiliarias, y no creo que un hundimiento brusco en su actividad - cuando los costes de la producción están ya por los suelos- le venga bien con medio país al límite de la revuelta y una cartografía étnico-cultural mucho más fragmentada de lo que se dice en los medios. A su vez sus intereses no son los de EEUU y los de estos no son los de Europa (ver sección "guerra dólar-euro"- y dentro de la UE hay a su vez nuevos conflictos y puntos de desacuerdo, nacionalismos, reticencias a la integración europea, oligarquías confrontadas, etc.

Estas visiones tan generalistas de un capitalismo unitario que emprende perversos planes a escala planetaria son una distorsión del uso del lenguaje. Incluso si la asumiésemos como cierta (que los medios del poder están tan centralizados que simulan enfrentamientos y pifias devastadoras que afectan incluso a miembros de la élite económica) el plan de marras no podría llevarse a cabo sin la colaboración de las clases bajas, que son las que se han endeudado y consentido en aparcar la lucha de clases, incluso el mismo concepto de clase social, en base al "fin de la historia" postsoviético. Godelier diría que hemos pasado de "clases para sí mismas" (conscientes) a "clases en sí mismas" (inconscientes), lo que implica hacer elecciones personales sobre la manera en que se interpreta la realidad. En ese sentido el mensaje de PPCC (yo personalmente no frecuento Burbuja.info salvo ocasionalmente y no lo tengo por ningún gurú, espero que no se me acuse de estar abducido por la secta) no puede hacer el juego a ninguna estrategia global, financiera o política, ya que se centra en el único elemento de la ecuación que debe actuar del mismo modo ya consideremos la versión oficial o la oficiosa. Dicho de otro modo, recordar al personal que se ha subido a la parra y ha olvidado su posición en el sistema productivo es un acto digno de suscripción haya plan maestro o no. No para inculcar en la gente el sentimiento del deber y la humildad del obrero victoriano, sino para tomar consciencia de su posición e identificar sus intereses en tanto clase. Ningún marxista que se precie rechazaría este recordatorio.

De hecho, el discurso liberal- neoliberal ha sido siempre el de la superación de la estratificación social en sentido económico - todo el mundo es  un millonario en potencia- como un vestigio de épocas pretéritas; finiquitar la lucha de clases-concepto pese a la lucha de clases- realidad estructural. No viene mal devolver a la gente esta conciencia de ser un obrerete que debe aliarse a otros obreretes, en lugar de considerarse sólo como individuo, y lo que es peor, como individuo equivalente a cualquiera de los que cortan el bacalao. No lo es, no debe serlo y no debe obrar como tal.



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