31 de enero de 2013

No necesitamos que se decida por nosotros, necesitamos formación e información para ser libres.

PPCC es un rojo auténtico, pero entiende lo que es ser liberal auténtico (como yo, jeje), porque:

1.- Es consciente de que se es libre para elegir el bien o el mal. Y que cuando elegimos el mal, siempre lo sabemos. SIEMPRE.

2.- Además, es consciente de que para conseguir que el hombre escoja el bien, no valen los pueriles atajos de la coacción. Sólo vale la "buena siembra". 

Si aceptamos #1, asuminos que no necesitamos que se decida por nosotros. Si aceptamos #2, asumimos que necesitamos formación e información para ser libres. 

Urge traspasar tabúes con la libertad del pensamiento. 

Una vez libres elegiremos el bien.  

No necesitamos mejor "sistema", sino mayor consciencia, y en eso muchos de ustedes andan errando, por lo que leo. Confían en un algoritmo fracasado (azul), o en otro algoritmo fracasado (rojo); No se puede resolver un problema en el mismo nivel de consciencia en el que se creó.

La carencia principal de la doctrina ppcc está en que no tiene en cuenta la sicología. Y no la tiene en cuenta porque para ser sicólogo hay que ser un poco subjetivo, y probablemente nivel de subjetividad le resulta imposible por cuestiones de clase.  

La inmensa mayoría de seres humanos que transita esta infausta tierra es fallido emocionalmente; no recibió bastante amor, apoyo ni comprensión, en los momentos decisivos de su vida. 

No es culpa de nadie, es la aséptica y fría dureza de la vida.  La construcción emotiva de los seres que vemos a diario es como la de una planta regada insuficientemente. Canija, atrofiada, diríamos torcida. Conforme nos deslizamos hacia entornos donde reina la pobreza, la situación es espeluznante,  son inimaginables para una mente equilibrada los abusos e injusticias emocionales que se producen en estos entornos.  Quien haya conocido de cerca los barrios de España (del mundo) sabe de lo que estoy hablando. Algunos de los que aquí intervenimos ha "sufrido" un entorno que jamás de los jamases desearía para sus propios hijos. 

En este tipo de hombre/mujer, producto de las circunstancias, coexistió hace cincuenta años a la vez que emergía la capacidad de consciencia por primera vez (y por tanto la capacidad de hacer el mal conscientemente a nivel generacional). 

PPCC no se explica muy bien el enroque de la generación T. Yo no tengo problemas para explicármelo. 

Los padres de los T eran demasiado "simples" para plantearse que su esfuerzo redundaba en una mejora de las condiciones de vida que ellos mismos no iban a disfrutar. Los T son los primeros verdaderos envidiosos del hijo. Creen merecer lo mismo que sus hijos disfrutan, si no más, pues al fin y al cabo sienten que se han sacrificado, y lo reclaman de forma preventiva. Creen que el haber encontrado un mundo más hostil les califica hábiles para mayor compensación.

Los abuelos de los T no imaginaban algo semejante, de hecho, muchas de las veces no quisieron apreciar demasiado su descendencia hasta ver que sobrevivían a la primera pubertad. Estaban lejos de la consciencia.

La interiorización de uno mismo es el destino;  la respuesta al despertar de la consciencia suele ser la rabia. 

Piensen en ello, porque la generación H un día despertará, resentida del abuso, y entonces perpetrará su propia injusticia conmutativa. Ya lo está haciendo, si hilamos fino.

Sin embargo nosotros, los seres finitos pero conscientes, no nos valoramos por acaparar la certeza de la razón en un discurso, sino por intentar atrapar la eternidad en un instante.



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