21 de enero de 2013

Valor y precio; victimismo y responsabilidad

Lo cierto es que en mi entorno no ha habido demasiada especulación directa, ya que pertenezco a una sub-generación particular, que ha quedado encabalgada entre los decididamente T y los H (rondando una media de 40-45 años)en el que la mayoría ya teníamos vivienda comprada más bien en los 90, antes de la burbuja 2.0, y mi entorno no se ha caracterizado por el ansia especuladora.


Sin embargo, eso no me impide ver que la media social, inclusive los de mi segmento, se han subido en general al carro del pelotazo.
Y agrego algo más, que a mi modo de ver es muy importante: una de las peores consecuencias ideológicas del "capitalismo popular" -que es la inundación de crédito barato en un estrato de la población que no tiene cultura emprendedora y que no está educado financieramente para utilizarlo como activo productivo- es que el 99% del mismo ha ido al consumo, produciendo una tremenda distorsión social respecto del valor del dinero: con la quinta parte de lo que costaba cualquier zulo te montabas un pequeño emprendimiento; con la mitad podías montarte una PYME.

Por supuesto que esto no es solo culpa de la gente. Ibas hace seis u ocho años a un banco a pedir 300K para enzularte con dos suelditos milipicoeuristas y todo eran sonrisas; pedías 50K para montarte una empresita (sin aval inmobiliario) y te miraban como si hubiera aterrizado un reticuliano alcoholizado. La pérdida de norte absoluto respecto del valor de la cosas, aún hace creer a mucha gente que es normal que una ratonera de 60 m2 "valga" 200 o 300.000 euros.

Aún hoy, el 95% de los españoles no tiene ningún criterio para justipreciar un bien; algo tan elemental como asociarlo a un rendimiento es ya mucho pedir. Y esto en medio de la mayor debacle que se recuerda en al menos el último medio siglo es desesperante; no hay siquiera demasiada voluntad de comprender qué es lo que ha pasado ni aún en casos sangrantes, en donde las "explicaciones" apenas llegan a que todo se debe a la pérdida del empleo, a la corrupción de las cúpulas políticas y a un difuso bancaculpismo, que sigue siendo el discurso preferido debido a que traslada toda la culpa al banco y deja al hipotecado como una víctima sin responsabilidad alguna.

La verdad es que yo no veo casi ningún avance popular respecto a la comprensión de lo que ha ocurrido y lo que está ocurriendo, y el motivo principal -además de que la mass-mierda prime sigue sin estar por la labor- es que no se está dispuesto a asumir ninguna responsabilidad personal.
Con esa base social mal vamos; la visión más o menos consensuada que tenemos por aquí acerca de lo ha pasado no es lo que quiere escuchar casi nadie. Es un error creer que lo que decíamos los "burbujistas" (que antigualla parece esa denominación hoy en día) desde hace ya una década es un discurso que está calando en la población, especialmente la más entrampada. Lo único que han rescatado es lo que le sirve epara reforzar su rol victimista; lo que está en juego es demasiado como para permitirse el lujo de asumir responsabilidades. Cuando la Botella dice que la culpa no es nuestra sino de los que nos dan de comer -y por lo tanto no podemos hacer otra cosa- es la sublimación de la sociedad española a niveles esperpénticos, pero no deja de ser cierto en términos sistémicos.

En fin, lo que decía Lenin.





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