27 de enero de 2013

Bancas y culpas.

Cita de: pisitófilos creditófagos
23/01/2013 (11:48)

[...]

No sean idiotas dostoievskianos. La culpa no la tiene la banca ni los políticos. Su enemigo es el individuo concreto que les despluma. Sean maduros y aprendan a mirar a su alrededor para ver quién es.
A ver, pepe, ésto que dices es cierto. Pero hay más. 

La densidad de desplumadores en las estructura de la política, la banca y el resto de poderes es abrumadora. Han pervertido las instituciones hasta hacerlas odiosas y llevar a muchos a creer que la única solución es demolerlas. Y por desgracia algo de razón tienen:  1) porque la mayoría están tan infiltradas de desplumadores y cómplices, que una hipotética reforma desde dentro, si la hubiera, sería como mucho gatopardiana, y 2) porque cualquier intento o petición de reforma desde abajo sería (es) sistemáticamente bloqueada o aguachirlada.

Pero hay más. Esos desplumadores y sus cómplices nos han estado saqueando durante décadas (sin demasiada oposición, por mucho complejo de aldea gala que podamos tener por estos lares). Han dejado el país arrasado y ahora pretenden retorcer aún más esas instituciones, y los centros de poder asociados, para parapetarse detrás de ellas y defender los privilegios y posiciones adquiridas anteriormente.


Y más todavía. Tras siglos de atraso cultural y, por si fuera poco, cuarenta años de reprogramación mental franquista, estos "individuos" como tú los llamas han utilizado las instituciones (educativas, culturales, medios de comunicación) para seguir deformando y retorciendo durante treinta años más los sentidos de la lógica, ética, solidaridad, y un largo etcétera de la ciudadanía. Hasta conseguir no sólo que una buena parte de esta sociedad sea un erial en muchos de esos aspectos, sino que aparentemente se sienta orgullosa de ello.

Ser maduro y saber quién son los desplumadores no ayuda mucho cuando están tan infiltrados en las instituciones y en los centros de poder. Además nuestras propias huestes están también muy infiltradas, poco cohesionadas, y son fácilmente influenciables por el enemigo (ideítas, terruñitos, etc...). Una parte de ellas están encerradas en calabozos, sufriendo eternas condenas de miseria y/o de cadena y bola, como te gusta llamarla.  Otra parte es propensa a la deserción y la traición por intereses espúreos (MN).
 
Pero por favor, no nos llames idiotas dostoievskianos: la culpa también la tienen la banca y los políticos. Entre otros muchos.
Saludos.


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