1 de febrero de 2013

Monos en el puesto de mando

Es un problema que los políticos hayan perdido las formas de la manera que estamos viendo estos días; y probablemente la multiplicación cuasimágica de los recursos públicos les ha hecho pensar que su crecimiento vegetativo tirando a bacteriano no era problema porque "el dinero público lo aguanta todo".

Hemos presenciado una rapidísima degeneración en la clase política, los de UCD quizá por saberse observados y cuestionada su legitimidad, en general eran los mejores de cada casa, gente preparada con alternativas en la vida real (conozco a unos cuantos), jóvenes entonces, y dispuestos a irse cuando tocara.

Es cierto que ahora el nivel medio es insultante y en cambio la cantidad de carne apabullante (esto es como el que coge de la calle a 20 "voluntarios", los mete en un quirófano o en una "software factory" y espera que salga algo porque "son muchos", tristemente el panorama "empresaurial" español en muchas contratas y consultoras es de ese pelo), con lo que al final tenemos una casta carísima por su coste directo sumado al de sus estupideces, y con eso no se va a ningun parte especialmente en un mundo globalizado: hace décadas egregias  meteduras de pata como la de Franco decretando "que los españoles no se enteren de que sube el petróleo", tenían arreglo, malo, chapucero, pero apañado (la reconversión de los 80, prejubilaciones e invalideces financiadas devaluando la pesetucha y pateando la pelota hacia el futuro); ahora resulta que el futuro nos ha alcanzado y tenemos monos en el puesto de mando.


Un punto especialmente grave es que hemos construido un país donde hay millones de personas sin una oportunidad de hacerse valer y al tiempo una cantidad enorme de colgados de la mamadera pública que son incapaces absolutos, ¿qué hacemos con esta gente? Porque si les arrancamos de la mamandurria son capaces de matar, nadie mejor que el inútil para saber -aunque a veces imposte-  lo poco que realmente vale.

Y otro grave efecto colateral es que la demagogia de los políticos a la ibérica "valemos poco, pero fíjense que cobramos menos que los de nuestro entorno" ha contaminado al funcionariado, que ha visto comprimidas sus escalas salariales de modo insultante y desmotivador. A mí si tuviéramos un 100% del Poder Judicial elegido por mérito y ascendido igualmente (ahora entre "cuartoturnistas", interinos y otras malas hierbas son 1/3, y los ascensos están totalmente "digitalizados", debe ser lo único que tienen tan "modernizado"), trabajando con entrega y profusión de medios (policía propia, sistemas informáticos de primera, como los de la AEAT o mejores), no me parecería nada mal que un magistrado se embolsara €200.000, pero 40 años de miserias han permeado y la cultura entre el funcionariado es de aceptar solamente distancias casi simbólicas entre niveles. Y el "idayvueltismo" de los políticos a puestos pseudofuncionariales que a veces sí que son de poder y/o manejo de recursos -otras meras poltronas, no sé qué es peor-  agrava la percepción y la realidad del desaguisado.


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